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ANIMALES DE MODA Y EL PRECIO DE SU FAMA

  • Sara Gutiérrez Ballesteros
  • 23 oct 2017
  • 2 Min. de lectura

CADA VEZ QUE UNA PRODUCCIÓN POPULARIZA A UN ANIMAL, SE GENERAN SERIAS CONSECUENCIAS


Aparecen en la película o serie del momento, son entrañables, audaces y los compañeros inseparables del héroe de moda. El éxito de los animales en pantalla dispara sus ventas, lo que posteriormente ocasiona abandonos, deterioro del medio ambiente y explotación de las especies.



Razas caninas como el san bernardo asociado con “Beethoven: uno más de la familia” (1992) o el husky siberiano por su parecido a los lobos huargos de “Juego de Tronos” se popularizaron como mascotas tras el estreno de sus producciones. Similar había ocurrido anteriormente con los collie como el de “Lassie vuelve a casa” (1943) o con los perros de “101 Dálmatas” (1961).


Ante esta situación, Amaia Pardo, trabajadora de la protectora de animales "APA SOS VITORIA" afirma que el exceso de demanda de razas concretas genera mucha presión por producir cachorros de esas estirpes y que los defectos hereditarios se acumulan. Además, destaca que, en ocasiones, estos animales que tanto se deseaban en un principio son finalmente abandonados por problemas de comportamiento y gastos veterinarios. “Las personas deberían concienciarse sobre la responsabilidad que conlleva criar a un animal y estar bien informadas antes de adquirir uno”, concluye la trabajadora.


La saga de “Buscando a Nemo” es uno de los casos más graves para la vida de los peces


Uno de los casos más polémicos fue el del pez payaso y el pez cirujano azul, cuyas ventas crecieron debido al éxito de las películas de Disney Pixar “Buscando a Nemo” (2003) y “Buscando a Dory” (2016).


En el caso del pez payaso, este ya estaba en peligro de extinción antes del estreno del film. De acuerdo con la fundación Saving Nemo, la saga supuso que las poblaciones de estos peces descendieran un 75%.


En lo que respecta al cirujano azul, la única forma de obtenerlo es mediante la captura directa en los arrecifes donde vive. Para ello, los pescadores vierten cianuro en el agua esperando a que el veneno lleve a los peces a la superficie. La adición de este tóxico daña el ecosistema marino y genera una conducta agresiva o incluso la muerte en las especies que se ponen en contacto con él. Esta conducta, unida al aumento de tamaño en su madurez, es una de las razones por las que los peces como Dory son abandonados.


Estos casos no son excepciones, si existe una preferencia por un animal específico, las repercusiones recaerán sobre él y su entorno.



 
 
 

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