Circos, la gran mentira del siglo XXI
- Nerea Blanco
- 9 oct 2017
- 2 Min. de lectura
En los circos nada es lo que parece, animales felices llenos de terror
Circos con animales, aquellos lugares llenos de colores y diversión, aunque quizás no tan colorido y divertido como siempre nos lo hemos imaginado. Dentro de ellos se ve la oscuridad, se respira la muerte y el dolor. Circos, aquellos que utilizan, maltratan y se aprovechan de los animales para lucrarse a consta de su sufrimiento. Multitud de vídeos muestran la realidad de estos animales en anfiteatros.

Pero ¿Quién no ha ido nunca al circo? Muchos pequeños acuden al circo con inocencia, sólo para ver aquellos animales que nunca antes había podido ver, para montar en elefante o ver un tigre saltando por un aro de fuego. Siempre nos decían que un circo era “guai” que los animales se lo pasaban bien haciéndonos reír, que era divertido. Todo mentira. Todo una estrategia.
Para que un animal logre dejarnos boquiabiertos, para que cumpla con su “trabajo”, los domadores han de entrenarle antes de salir a actuar. Ese entrenamiento se caracteriza por el dolor, por el sufrimiento, por la tortura. Reina el castigo por el error y no el premio por el acierto. Látigos, garfios, varas que transmiten descargas eléctricas, punzones, ganchos, etc. Estos son los utensilios de disciplina que se utilizan en estos lugares. Muchas fundaciones siguen trabajando para dar a conocer la realidad de estos lugares.
Publicidad engañosa, estos animales han sido privados de su libertad

Abunda la publicidad de los circos, pero sobre todo en carteles. Aunque hoy en día el número de circos con animales ha disminuido favorablemente, no ha llegado a su fin, y todavía es posible ver carteles de estos estadios. En ellos es posible ver imágenes o caricaturas de animales felices, disfrutando con lo que hacen, felices por estar ahí. A esto se le denomina publicidad engañosa, estos animales han sido privados de su libertad, los animales pequeños nacen en cautiverio, algo antinatural.
“El uso de animales en los circos me parece ilícito, tanto el creador del espectáculo, como el público”, comenta Rebecca Herrera, defensora de los animales. Está totalmente en contra de utilizar la imagen de animales para atraer a la gente a los circos, y mucho menos de que éstos sean utilizados tales fines.
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